La ciencia médica ha hecho descubrimientos sorprendentes en las últimas décadas, y uno de los más intrigantes es la relación entre los microbios en nuestros intestinos y nuestra salud mental. Cada vez es más evidente que los trillones de microorganismos que residen en nuestros intestinos, juegan un papel crucial en la modulación de nuestro bienestar mental y en cómo nos sentimos emocionalmente.

Origen del microbioma

La historia comienza en el momento en que nacemos, y ahora pensamos que incluso antes del nacimiento, en el vientre de la madre, puede haber microorganismos. En estudios con ratones, se ha encontrado que bacterias que se tragan pueden llegar al líquido amniótico y al meconio de los recién nacidos.

Kjersti Aagaard, profesora asociada de la Baylor College of Medicine de Estados Unidos, es la primera investigadora que ha identificado una comunidad de bacterias en la placenta. Aagaard y su equipo han revelado recientemente, que la placenta humana alberga un microbioma no patógeno y metabólicamente activo, es decir, que no causa enfermedades.

¿Cómo llegan los microbios del intestino al feto? Aunque no lo sabemos con certeza, una teoría sugiere que pueden pasar desde el intestino materno al torrente sanguíneo y luego al líquido amniótico, que es constantemente ingerido por el feto.

Microbioma y efectos del estrés temprano

Durante nuestros primeros años, los microbios en nuestros intestinos maduran y se vuelven parecidos a los de los adultos. La finalización de la lactancia materna es esencial para que esto suceda.

Investigaciones experimentales han encontrado que el estrés en la infancia puede cambiar las bacterias en el intestino de los bebés. Este estrés también podría afectar la salud y el comportamiento en nuestra adultez.

 

Consecuencias psicológicas a largo plazo del estrés temprano

Estudios con roedores han mostrado que ciertas bacterias en la infancia pueden afectar el comportamiento en la edad adulta. Aunque hay poca evidencia directa en personas, se ha encontrado que algunos marcadores inflamatorios están relacionados con la depresión.

Además, estudios epidemiológicos sugieren que experiencias estresantes durante la niñez pueden influir en problemas mentales más adelante en la vida, como depresión y ansiedad. Los cambios en los microbios intestinales, ya sea por estrés o el uso de antibióticos, pueden tener impactos duraderos en el sistema inmunológico, el metabolismo y el comportamiento.

Conclusiones y futuro

Los científicos están estudiando cómo los microbios en el intestino pueden influir en nuestro sistema inmunológico y nervioso y cómo esto podría ayudar a entender y tratar trastornos de salud mental como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Es importante continuar investigando y realizar pruebas clínicas para explorar cómo la alimentación o el uso de probióticos pueden ayudar en el tratamiento de enfermedades mentales.

Abrir chat
Hola 👋
¿Puedo ayudarte?